analocking
 
 
 
 
OTOÑO / INVIERNO 2008-09

Recuerdo haberme equivocado pensando que la propia vida no existe por sí misma, pues si no se narra, si no se cuenta, esa vida es apenas algo que transcurre, pero nada más. Pensaba que para comprenderla, había que contarla, narrarla de una de las cientos de maneras de las que se puede hacer, aunque sólo fuera para uno mismo. Y aunque el relato restituye la vida sólo de forma fragmentaria, esta no es lo que es por que se cuente sino por que se vive, aún así sé que seguiré haciendo las cosas de la misma manera que hasta ahora, desde los abismos íntimos, hacia el reino encantado del exorcismo exterior.

Escapada voy del manicomio. De allí me escapé, si. Y eso que lo pasaba bien dibujando en sus muros. Acompaño ahora con mi ansiado vuelo esta nueva expedición. He gritado como un fenix herido. He sido un lobo que recuerda haber andado por tierras de fiebre y aventura. He sido una lechuza que vigilaba al vigilante en la línea misma del horizonte nocturno de un libro que se escribía con títulos de crédito cargados de esperanzas.
Dicen que soy fuerte y que una y mil veces levantaré el vuelo. Dicen que la historia es inolvidable y sin embargo de la historia lo olvidé todo salvo el recuerdo inventado de mi imaginación que se presenta como memoria. Tan solo recuerdo una realidad que siempre fue y que da nombre a esta nueva caravana que con paciencia sobrevuelo, vigilo y protejo. Y aunque he gritado y gritado y vengo escapada del manicomio, no estoy loca.

Ahora acabo de doblar la esquina y actuando con cierta prudencia de ánimo, pues ya doblé otras esquinas con anterioridad, emprendo mi nuevo camino con miembros de hierro, piel firme, ojos vigilantes y como un joven coleccionista, cargado de pasiones que guardo en mi escritorio portátil.




• SILUETAS •

Como una ópera prima, tres senderos de bœsqueda protagonizan Reentry:

Un oscuro comienzo trazado a través de nómadas líneas sin visión de una memoria olvidada que sobrevivía en una realidad aœn inventada. Siluetas sobrias de carácter ondulante, tejidos de espejo, volúmenes arquitectónicos que dan movimiento a una imagen oscura, cerrada y de sobria estructura.

Con mirada frontal aparece un nuevo camino hacia un único punto fijo de luz como la obsesiva mirada del colono que cargado de esperanzas traza en tierras vírgenes su presente para forjar su futuro. Siluetas contenidas y recatadas basadas en estudiados tablones que esconden formas menos comedidas, cargadas de afecto en metafóricos y poéticos estampados como œnica concesión al negro total.

Finalmente la persistencia de la búsqueda personal y el trabajo como vía posible para desanudar recuerdos, deja libre un espacio para la circulación de afectos que traen motivaciones cargadas de fantasía en siluetas despejadas, sueltas y ricas en bordados de cristal.